

CONDUCTAS
¿Por qué tardamos tanto tiempo en consultar a un especialista?
La velocidad de la vida cotidiana, el mito sobre la figura del psiquiatra, el acostumbramiento a situaciones... Muchas son las excusas que nos ponemos para no encargarnos de nuestra salud emocional. La Lic. Raquel Reis analiza, desde su experiencia en el Servicio de Conducta, Orientación y Guía de INAC, el por qué de este comportamiento.
Una cuestión de actitud
En los tiempos actuales, donde la preocupación es la “calidad de vida”, muchas veces no nos damos cuenta que esto debe ir acompañado de una vida mental - emocional sana y equilibrada, y tendemos a pasar por alto algunas alertas.
Así como tenemos un cuerpo físico, que muchas veces nos revela su mal funcionamiento a través de distintas dolencias, también tenemos un “cuerpo-aparato psíquico” que nos da señales. La diferencia está en que estas últimas no tienen en general una manifestación localizada e inmediata. No producen una herida, un sangrado o no requieren una cirugía, pero si van dando lugar a un gradual “acostumbramiento-adormecimiento”, a una “manera de estar, de vivir, de relacionarnos”.
Sumamos a esto, la fantasía popular de que si voy al “psiquiatra” es porque “estoy loco, que van a pensar de mí si digo que voy al psiquiatra, me van a mirar como raro”. Nos olvidamos que el ser humano es un “todo”, donde la interrelación entre cuerpo-mente es constante, fluida, y que las irregularidades de un área tienen efecto en el otro, y viceversa.
Nos resulta difícil entender que los “órganos” del aparato psíquico son las emociones. Por lo tanto, las situaciones de tristeza, los nervios, las pérdidas, la soledad, la incomprensión, los miedos, las modalidades vinculares conflictivas, la irritabilidad, el padecimiento de enfermedades físicas, las frustraciones, la infelicidad, las desilusiones, pueden llegar a “enfermarnos”.
A través de esta breve reflexión, la invitación es que no lleguemos a un estado-cuadro psicopatológico. “Psico(pathos: enfermedad)logía, sino que tomemos conciencia de que así como realizamos un chequeo físico, también podamos realizar un “chequeo psíquico” para entonces sí, lograr esa tan deseada “calidad de vida”.



